Viene de la diferencia en cómo estamos entrenados para usar nuestros cerebros. En la infancia, no tenemos abundancia de conocimiento y tendemos a apoyarnos más en nuestra imaginación. A medida que envejecemos, las exposiciones y experiencias hacen que nuestras actividades mentales sean más concretas, y cambiamos nuestro enfoque hacia lo real y lo práctico en lugar de lo imaginario o hipotético.
Algunas personas conservan su creatividad porque se requieren continuamente en sus carreras o pasatiempos (como escritores y artistas). Pero para la mayoría de los miembros de la población, la creatividad se reduce progresivamente porque se usa menos en sus vidas diarias.