Conocí a mi mejor amigo hace cinco años y medio. Empezamos a salir hace año y medio. La adoro absolutamente. Ella es mi todo, el yin perfecto para mi yang y mi compañera en el crimen.
Si bien fuimos buenos como mejores amigos, el hecho de ser más ha permitido que nuestra relación sea más profunda y significativa. Siento que ella es mi pareja ideal al 100% en la vida. Sin embargo, tenemos libidos diferentes. Tengo una libido alta, mientras que ella tiene una más baja.
Cuando vivíamos separados y solo pasaba parte de mi tiempo en su casa, compensé esto con frecuencia masturbándome cuando estaba en mi casa y lejos de ella para poder concentrarme más en los aspectos no sexuales de nuestra relación mientras estábamos juntos. Esto no era perfecto y aún me hacía sentir como si la estuviera acosando por tener sexo, que estaba equivocada por quererlo tanto, que debería haber estado feliz con la cantidad de sexo que teníamos. Compré juguetes, conversé con ella sobre cómo podríamos hacer que esto funcionara mejor para nosotros, probé todas las cosas que se me ocurrieron para tratar de mejorar la calidad y la frecuencia de las relaciones sexuales entre nosotros.
Nos mudamos juntos casi exactamente hace un mes, después de un año y medio de citas. Todavía me siento mal por mi gran impulso y aún sigo complementando mis necesidades sexuales con mastubación, aunque me siento “sucio” por hacer esas cosas mientras mi novia está en la misma casa. A veces me siento triste o abatido cuando no tenemos relaciones sexuales con la frecuencia que quisiera.
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La mayoría de las personas daría el consejo de abandonar la relación o de buscar otra pareja que me permita encontrar más satisfacción en mi vida sexual. Sin embargo, ambas opciones son impensables para mí. Continuaremos trabajando juntos para hacer que nuestros impulsos sexuales sean más compatibles y satisfactorios para los dos.