Cuando tenía 12 años, todo lo que hice fue ir a la escuela, comer, dormir, descansar y escuchar las historias de amor de mi amiga. Rara vez me preocupaba otra cosa aparte de estas. Tampoco encontré exámenes atornillando. Solía juntar todo la noche anterior y escupirlo al día siguiente.
Lo que dijiste, comenzó conmigo cuando cumplí los 16 años. Siempre habrá algún arrepentimiento.
Sí, es normal, al menos desde mi punto de vista, lo es. La persona en la descripción parece ser muy segura y, sin embargo, bastante indecisa en su naturaleza.
Yo soy el mismo. Incluso después de horas y horas del evento que pasa, creo que podría haberlo hecho mejor. Siempre quiero cambiar de opinión. Apegarse a una decisión, me parece una idea problemática.
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Cuando tomo exámenes, no presento mi guión de respuesta hasta que suene la campana final. Creo que podría seguir garabateando hasta el final y hacer de mis respuestas la mejor versión de su orden.
Cuando escribo respuestas en Quora, las edito por mucho tiempo. Sigo revisando la gramática, las frases, las ideas que puse en contexto y todo lo demás. Finalmente me rindo hasta que no quiero pensar más en ello. No importa si la respuesta es correcta o incorrecta o neutral, lo dejaré y lo dejaré una vez que me encuentre pensando demasiado tiempo y energía en ello. Y no puedo permitirme infligir a mi cerebro más sensaciones de daño.
Lo que importa es si eres capaz de admitir tus acciones. Conocer sus defectos y debilidades es la trampa.
Déjame explicarte con un ejemplo. Dicen que “el cambio es la única constante” y luego dicen “nunca cambiar”. Estos son dos contradictorios en las declaraciones. Cuando tenía tu edad, no podía decidir cuál es la correcta. Ahora lo hago. No se apegue a las ideas y pensamientos dados por otros. Todos tenemos cerebros diferentes, trabajando en entornos diferentes, ¿entonces, ¿cómo se puede aplicar una cita o una idea a todos nuestros casos individuales?
Es bueno analizarte y corregirte. Pero el análisis excesivo no lo es. Es dañino y una especie de auto infligir dolor. Muy bien podría caer en el estrés y la ansiedad.
Me mantengo absorto para superar pensamientos que no quiero pensar. No está huyendo. Lo que sí digo es, confrontarte, pero no te sumerjas por completo.
Rumio sobre las fallas del pasado menores todo el tiempo, pero luego también me supero a mí mismo. Nadie, excepto usted, puede controlarse y controlar sus acciones. Eres responsable de tu bienestar mental, y de nadie más. Eres normal