Esta noción de que “hay tres lados en cada historia: la suya, la de ellos y la verdad” es muy, muy dañina porque lleva a suponer que la verdad está en algún lugar en medio del abismo entre las posiciones de dos partes opuestas.
Dada la espantosa prevalencia de falsas acusaciones que se utilizan para manipular los tribunales “familiares” y la industria del divorcio en general, aquellas situaciones en las que la verdad real es mucho más cercana a una de las posiciones que la otra son igualmente frecuentes, y cualquier resultado basado en El supuesto mencionado termina siendo injusto y perjudicial para los falsamente acusados.
Hay muy buenas razones por las cuales la verdadera justicia se basa en principios tales como la presunción de inocencia y la carga de pruebas adecuadamente rigurosas. Uno debe PROBAR que la posición de una de las partes ES la verdad, y no solo asumir que ambas posiciones no son del todo veraces. De lo contrario, todo acusado será considerado medio culpable simplemente por ser acusado. Esto no es justicia de ninguna manera, forma o forma.
En resumen, “hay tres lados en cada historia: la suya, la de ellos y la verdad” PARECE profunda, pero paradójicamente conduce directamente a horrendas injusticias.
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