No sabes el propósito de tu vida y te mides con la escala del mundo.
Daré un ejemplo
Hubo una vez un lápiz, no sabía cuál era su propósito. Escogió una profesión de palillo como todos sus amigos.
Cada vez que se usaba, la punta se rompía y el lápiz se decepcionaba.
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Eligió otra profesión. Ahora era un auricular. Cada vez que se usaba, no lograba limpiar la cera del oído. Fue decepcionado.
Luego fue a Dios.
Dios dijo que es el propósito.
Se fue feliz escribiendo para siempre.
Porque no sabes el propósito, estás decepcionado innecesariamente.
Estás en el camino para cumplir tu propósito. Dios te puso en esta tierra por una razón y no deseas verlo desde sus ojos. Lo ves con los ojos del mundo.
Tienes que esperar hasta que sepas el verdadero propósito. Pregúntale a Dios. Seguramente responderá.
Dios comienza el trabajo donde el hombre termina el trabajo.
Ahora es el verdadero giro en tu vida. Espera, pregunta a Dios. Cumple tu propósito.