Mi papá solía llamar a mi mamá y gritarle cuando era pequeña. Nunca la golpeó, que yo sepa, pero el abuso verbal fue tan perjudicial. Lo odiaba por eso. No podía esperar para salir de la casa. Cuando era pequeña me quedaba en la casa de mis amigos hasta que tenía que venir a casa a cenar. Me uní a la Armada a los 17 para poder alejarme temprano. Por lo tanto, el impacto de las acciones de sus esposos es enorme para quienes lo rodean. No dijiste si tenías hijos. Si lo haces, entonces recuerda mi historia. Crecí sin amor por mi padre y siempre me preguntaba por qué mi madre se quedaría con una persona tan terrible. Incluso me dijo que no lo amaba y se encogía cuando él la tocaba. Pero ella era una buena católica y sentía que era su deber espiritual quedarse. Esto contribuyó a mi negativa a seguir esa religión en mi vida adulta.
Las acciones de sus esposos tendrán consecuencias de largo alcance. Se romperá su autoestima si no lo ha hecho ya. Llamar sus nombres no es aceptable. No creo en decirle a la gente que abandone a sus compañeros si hay alguna forma en que puedan resolver las cosas. Cuando las personas dominan los momentos difíciles, más adelante en la vida se alegran de no haberse rendido. Pero sí creo que las mujeres deberían considerar cuidadosamente los efectos tóxicos del abuso cuando deciden quedarse con sus esposos. Un matrimonio tóxico no es matrimonio. Le sugiero que busque asesoramiento para determinar cuánto daño ya se ha hecho y él necesita ayuda para controlar su enojo. Entonces ambos necesitan asesoramiento matrimonial juntos. Si haces el esfuerzo y si él te ama, hará esto. La gente puede y cambia. Yo si. Durante un tiempo temprano en mi matrimonio tuve problemas de ira. No llamaba a mi esposa, pero me enfadaba mucho y gritaba. Me odié por esto y un día tuve un flashback de mi padre y me di cuenta de en quién me estaba convirtiendo. Me comprometí a conseguir ayuda y cambio. Hice esto solo sin el empuje de mi esposa. Soy una persona mucho mejor hoy debido a mi determinación. Hoy hemos estado casados 48 años y estamos felices juntos. Si su esposo no cambia, prepárese para toda una vida de este tipo de abuso. Si un hombre quiere cambiar puede.