Mi papá tenía un hobby que le encantaba. No estaba loco por eso, no entendía todas las complejidades, ni quería hacerlo. PERO, aprendí algo muy valioso, le preguntaba sobre su pasatiempo. Preguntas generales. Probablemente pensó que yo era un idiota (no) porque le hice las mismas preguntas una y otra vez. Pero siempre estaba feliz de enseñarme, de decirme, de enseñarme sobre su pasatiempo.
Así que todavía no disfruto su pasatiempo, pero algo muy mágico sucedió durante estas conversaciones. Se abrió y se volvió bastante entusiasta en su conversación. Lo que pasó después fue que empezamos a hablar de todo tipo de cosas. Cosas que le gustaron, cosas que me gustaron y descubrimos que teníamos cosas en común. Nuestras conversaciones generalmente comenzaban conmigo haciendo una pregunta sobre su pasatiempo, pero conducían por un camino de maravillas.