El aumento de los niveles hormonales en el embarazo hace que la mucosidad se espese. Dado que el cérvix no necesita estar disponible para los espermatozoides (ya hicieron su trabajo), un moco espeso actuará para prevenir los intrusos bacterianos que podrían atacar el saco amniótico del interior.
Me gusta considerarlo como una etiqueta de la ventanilla del auto “Bebé a bordo” → no rompa el vidrio.