Yo recomendaría a la próxima generación de padres que hagan un esfuerzo para enseñar y demostrar los principios espirituales. Temer a Dios es algo de lo que carece esta generación. Con eso quiero decir tener una reverencia y humildad hacia Dios nuestro Padre y Creador.
Les enseñaría a los niños a tener corazones agradecidos por todas las cosas materiales que tienen y la confianza que su Dios proveerá para cualquier cosa que necesiten. En la actualidad, estamos viviendo en un mundo con derecho en su mayor parte, lo que ha causado una falta de respeto mutuo. Hay alegría en ser parte de la iglesia, que nutre el espíritu y enseña la Biblia a las familias. Me encantaría ver a la próxima generación adorando a Dios como una familia y viviendo el “Sermón del Monte” y la ley real del amor (1 Juan 4:19)
AmmaBev
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