Al ser vistos leones en la entrada del templo, el niño gritó: “Escapemos a papá, o estos leones nos matarán a los dos”
El padre lo consoló diciendo: “Son solo estatuas y no nos harán daño”.
El hijo respondió inocentemente ” si las estatuas de los leones no pueden hacernos daño, ¿cómo podría la estatua de Dios darnos bendiciones?”
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El padre anotó en su diario….
“Todavía me quedo sin palabras en la respuesta de mi hijo y he comenzado a buscar a Dios en los seres humanos en lugar de estatuas. No encontré a Dios, pero encontré a la humanidad “.
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Gracias. 🙂