Cuestiono la premisa de que todo debe ser “destinado a ser”. A veces, se producen conexiones increíbles, y debemos estar muy agradecidos cuando lo hacen. Conexiones como esa hacen que la vida valga la pena. Pero también vivimos en un estado de flujo constante y no siempre es posible que esas conexiones persistan por siempre.
Duele cuando esas conexiones profundas que te cambian para siempre desaparecen, pero el hecho es que a veces simplemente lo hacen.
Trato de recordar estar agradecido y feliz por lo que sucedió, y trato de priorizar ese sentimiento por encima de estar triste cuando termina. Tal vez la tristeza nunca desaparece, pero no tiene que ser la emoción controladora para siempre. Aprender a vivir con la pérdida es parte de la vida.
Lo siento por tu dolor y espero que la próxima conexión increíble no esté lejos para ti.