Como han dicho otros, hay muchas opciones y usted debe juzgar por sí mismo según lo que funcione para su bebé.
Algunas cosas a considerar, sin embargo:
– Evite los biberones que gotean solos (es decir, la leche sale incluso cuando el bebé no está chupando activamente). Esto es claramente diferente de la forma en que funciona el seno y puede ser difícil de manejar para un bebé amamantado que no estaría acostumbrado. Además, los bebés a menudo asocian el movimiento de deglución con el movimiento de succión, por lo que si la leche sigue llegando, tendrán que seguir tragando, lo que hará que chupen más, por lo que sale más leche, etc. Esto puede provocar una sobrealimentación y otros problemas ( cólico, etc)
– No crea las etiquetas que dicen “el más cercano al pecho”, “como la lactancia”, etc. Ningún biberón puede ser similar a un pezón humano porque los pezones son suaves, maleables y flexibles. Los bebés se las llevan a la boca cuando comen, y luego recuperan su forma original. Las compañías de botellas aún tienen que crear un material que pueda hacer eso. Entonces, no importa lo que elija, será diferente y su bebé tendrá que aprender a beber de él. Puede llevar tiempo. Si realmente es lo que usted y su bebé necesitan, sea paciente y no se rinda.
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– Si va a alimentar a su bebé con leche materna extraída, compre los biberones más pequeños (4 oz). Los bebés amamantados no tienden a tomar mucha leche en una sola sesión, ya que se alimentan con más frecuencia. Además, a diferencia de la fórmula, la composición de la leche materna cambia con el tiempo para adaptarse a las necesidades del bebé, por lo que en realidad no necesitan aumentar su consumo de leche tanto como crecen. La cantidad de leche materna que necesita un bebé a los 2 y 9 meses es sorprendentemente similar. Solo comenzamos a necesitar las botellas más grandes cuando cambiamos a la fórmula cuando mi hija tenía 10 meses.