Todos hacemos juicios y decisiones erróneas a lo largo de nuestras vidas, pero, por supuesto, tenemos oportunidades para arrepentirnos cuando tenemos el placer del ocio de nuestro lado.
A veces no extrañamos a las personas cuando están cerca, pero empezamos a extrañarlas en el momento en que salen. Uno de los ejemplos clásicos es el de mi madre, nunca la echaron de menos cuando estaba viva porque estaba levantada todas las 24 horas del día. Pero, el día que la perdimos, entendimos lo que significa perder a una persona.