Es normal. Todos deseamos que no fuera cuando eso sucede, pero lo es. Reconoce el pensamiento, acéptalo y déjalo ir. Imagine el pensamiento como una hoja que arranca de un árbol, mire, reconozca y luego libérese al viento. No te condenes o te preocupes por eso.
Amas a tu esposo. Solo concéntrate en cómo puedes servirle mejor y hacerlo feliz, porque cuando haces eso, tu amor por él crece y también te haces más feliz. 🙂 Es imposible no amar a alguien que se enfoca diligentemente en ayudar y servir de manera positiva.