¿Por qué no cortar al intermediario y hacer que el gobierno “le diga a la gente” que deje de ser racista?
Los recortes de impuestos que incentivan el matrimonio interracial podrían fomentar la idea, pero el gobierno no puede “decirle” a la gente cómo sentirse o a quién amar. De hecho, hay una enmienda completa dedicada solo a poder expresar sus preferencias libremente.