“Mi casa, mis reglas” solo se aplica en tu casa. Fuera de tu casa, triunfa la autonomía corporal básica (“mi cuerpo, mis reglas”).
¿No quieres que tus hijos tengan relaciones sexuales bajo tu techo? Guay. ¿No quieres que tus hijos tengan sexo? Heh Buena suerte con eso.