Es absolutamente cierto que cuando hay una boda, no solo las parejas se casan, sino también sus familias. Aquí hay algunos problemas, en mi opinión, para casarme en otra religión.
1. El proselitismo forzado. Los miembros de la familia más dominante insisten en que una persona debe adoptar las doctrinas de su religión después del matrimonio. Lo cual es un poco injustificado porque se viola la libertad de creer en cualquier religión.
2. Los conflictos de adoración. Si la familia del chico no obliga a la niña a hacer proselitismo, se le daría la libertad de seguir su propia fe, pero con desprecio y un poco de amargura y no aceptación.
3. Las filosofías de la vida. Algunas religiones permiten el consumo de no vegetales, otras no. Algunas religiones consideran que un cierto conjunto de reglas deben seguirse estrictamente, las mismas creencias no tienen importancia en la otra religión. Esto siempre termina en conflictos.
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4. Religión del niño. Ahora, obviamente, un niño debe tener libertad para elegir su propia religión, pero los padres impiden esa libertad y la mayoría de las veces, un niño sigue una religión solo porque sus padres siguieron lo mismo. Esto pondría en peligro la fe del niño.
5. Blasfemias involuntarias. Si los matrimonios son de diferentes religiones, una persona podría eventualmente hacer algo que no es aceptable por la religión de otro. Estas blasfemias involuntarias pueden crecer con amargura.