Lloraría, lloraría y lloraría muchísimo, pero una vez que termine de llorar no miraré hacia atrás. ¡NUNCA! Sentir el dolor de perder a alguien que amas es muy obvio, pero nuevamente el respeto por mí mismo es lo primero y no importa lo mucho que ame a la persona, cuánto estoy acostumbrado a tenerlo en mi vida, cuán dependiente soy Estoy con él nunca me hará rogarle que se quede atrás. Igual es el caso de la vida. Tiendes a perder a tanta gente y, a veces, tan cerca de la muerte, pero aún así la vida continúa. Nunca mueres con ellos, no importa lo cerca que estén.
Y seguir adelante se vuelve fácil cuando sabes que el otro no se preocupa por tus sentimientos. Se valiente. Se atrevido a dejarlo ir. Dejar ir es el atributo de los más fuertes. No hay posibilidad de suavizar una relación cuando tú mismo sabes la verdad de no ser amado, más bien de amarte a ti mismo y por amor a esa persona, ¡Déjalo ir!