El matrimonio es aburrido porque se vuelve normal.
Cuando una pareja es relativamente nueva, no tienen los bonos más fuertes. Para mantener la relación, ambas personas hacen todo lo posible para impresionar al otro. Son muy felices juntos y aman la vida, porque están haciendo todo lo posible por el otro. Es un trabajo duro, pero vale la pena ganarse su afecto. En las primeras etapas, a menudo es necesario ganarse el uno al otro repetidamente para construir un vínculo saludable. Se esfuerzan por lograr el objetivo final: una amistad inquebrantable y amorosa. Eventualmente, si tienen suerte, alcanzan esta meta y la consolidan con el matrimonio.
Pero una vez que se logra el objetivo, ¿qué sentido hay en continuar para lograrlo? No sigues estudiando para un examen después de haberlo tomado, especialmente si pasaste con éxito. Mantener la relación es mucho más fácil, ya que el divorcio parece mucho más drástico que una ruptura normal. Ambas personas tienen estándares mucho más bajos que antes, por lo que ninguno se esfuerza más. Vuelven a hacer su vida cotidiana como lo hacían cuando estaban solteros, solo que ahora lo hacen juntos. Esperemos que la vida sea ahora más feliz, con un compañero confiable siempre cerca. Son amables y se preocupan el uno por el otro, pero no se molestan en tratar de ganarse su afecto. Por eso el matrimonio se vuelve aburrido. Es solo una versión mejor de la vida cotidiana, y si no tienes cuidado, pierdes la magia y la emoción de una nueva relación.
No dejes que tu relación pierda su magia.