Mi familia no me entiende; Los escucho hablar de mi inteligencia como si fuera tóxica y se sienten intimidados por ella. ¿Que puedo hacer?

Hasta cierto punto, esto siempre sucederá si eres una persona súper inteligente. Acostumbrarse a él.

Lo que puede hacer para aliviar algo de la desconexión entre usted y los demás es practicar las cualidades que tienen todas las personas buenas (no solo las inteligentes): como la amabilidad, la bondad, la empatía, el impulso, el valor, la auto reflexión, etc. etc.

Quizás, no alardes de tu inteligencia. Puede o no puede hacer esto, y puede o no ser consciente de que lo está haciendo. Esto es difícil de manejar para una persona inteligente porque muchas veces solo dicen lo que piensan, pero otros lo ven como “presumiendo”. En caso de duda, sé tú mismo. Todavía eres joven y las cosas MEJORARÁN, especialmente si entras en una universidad decente. Podrás conocer a otras personas inteligentes, y entonces este problema disminuirá.

Una última advertencia: no te alejes intencionalmente de ti mismo. Como adolescente, caí presa de este tipo de pensamiento: “Soy más inteligente, por lo que la gente simplemente no me entiende” . Esto fue pura arrogancia de mi parte. La gente me entendió bien: yo era ese punk que actuaba más inteligente que todos los demás. Hay una diferencia entre ser más inteligente y actuar de manera más inteligente, y ambos pueden ser inteligentes y seguir actuando de manera inteligente. Lo primero está bien, pero lo segundo es socialmente atroz. Descubrí que la manera más difícil.

Creo que Justin resumió las cosas bien, pero me gustaría agregar, tan pronto como puedas, debes rodearte de tantas personas “inteligentes” como puedas. Uno, alimentará la necesidad de explorar temas intelectuales. Dos, y más importante, te humillará cuando descubras cuánta gente es más inteligente que tú. Y no quiero decir, todos piensan que los demás son más inteligentes que tú, pero que en tu corazón sabes que son más inteligentes que tú. Me hizo mucho bien y me impidió ser tan idiota con mi inteligencia. Lo mejor de todo, una vez que me sentí menos aislado y menos resentido por los intereses intelectuales, menos me preocupaba lo que mi familia pensaba de mí.