Entender. Entiende tu problema. Sólo entonces podrás saludarlo como a un viejo amigo.
Las mujeres molestan a sus esposos cuando quieren algo y no lo tienen. Lo quieren y ni siquiera saben que lo quieren tanto. Es como esa picazón que causa estragos en tu trasero en un lugar público. La molestia llega hasta ellos y comienzan a golpear la almohada más cercana que pueden encontrar.
Tienes que descubrir lo que está comiendo en tu alegría. ¿Es frustación, inferioridad, depresión?
¿No queda nada en tu vida para animarte?
Las personas que se quejan son las que tienen problemas. Tienen voces en su cabeza que susurran espantosas profecías. Inconscientemente quieren que otros sufran con ellos.
Todos pasan por malos tiempos. Pero si recorres este camino, la gente te excluirá en lugar de escucharte. Y todo lo que quieres ahora es que alguien te escuche y descubra lo que te está molestando. Porque incluso tú no estás seguro de lo que te molesta.
Siéntese solo y decida si va a dejar que una baja emocional afecte su relación para siempre.
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Habla con tu marido. Toda esta charla acerca de que las mujeres son complejas es un mito, solo hablan menos de lo que realmente quieren decir. Los hombres son tontos al descubrir cosas.
Enfréntate a ti mismo. Y cuéntate sobre el pequeño rayo de sol que solías ser. Sonríe y comienza.