Ambos engañan igualmente, es solo que las mujeres son mejores tanto para ocultarlo como para salirse con la suya ante los ojos de la sociedad.
Las personas suelen hacer trampa cuando sus necesidades no han sido satisfechas por su pareja y son demasiado inseguras, demasiado inmaduras o simplemente carecen de las habilidades de comunicación para hacer valer sus necesidades a su pareja adecuadamente.