Porque los requisitos son drásticamente diferentes y, en realidad, en un sentido bastante opuesto.
Un buen hijo necesita ser obediente. Un esposo obediente fracasará en casi cualquier matrimonio ya que el matrimonio es una relación igual.
Un buen hijo puede permitirse ser inmaduro a veces. Los padres tienen una gran experiencia, realmente no necesitan que su hijo tome decisiones por ellos. Un esposo necesita tomar decisiones ya que ambos tienen la misma edad y la misma madurez. La toma de decisiones es una responsabilidad compartida entre los dos.
Un buen hijo puede permitirse ser perezoso también. A los padres realmente no les importa si tienen que trabajar para sus hijos, incluso cuando son viejos. Una esposa no puede manejar la pereza de su marido. Un esposo necesita poner el mismo esfuerzo en todo para tener una buena vida para ambos.
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Un buen hijo no necesita mostrar su amor a los padres. Son felices mientras los respeta y se alegra a sí mismo. De nuevo, esto no es suficiente para una pareja. El amor debe ser expresado, no de vez en cuando, sino con la mayor frecuencia posible, y ambos deben esforzarse para hacerse felices, no solo ellos mismos.
Como lo mencionó Apeksha en su comentario, el hecho de que su hijo conoce a sus padres y está más vinculado emocionalmente con ellos, necesita ser extremadamente cuidadoso en el matrimonio y cómo maneja los conflictos relacionados con su esposa, ya que esa relación aún no se ha fortalecido. ambos necesitan conocerse antes de formarse opiniones difíciles el uno del otro. El beneficio de la duda debe otorgarse a la esposa en lugar de ponerse del lado de los padres, en temas importantes.
Mucho de lo que dije es aplicable a la hija también.
Personalmente, no considero a la persona que describí como un buen hijo. Un buen hijo es un buen ser humano primero, maduro, equilibrado, trabajador, inteligente y fuerte. Acabo de responder en base a la percepción común entre las personas. En mi opinión, un hijo verdaderamente bueno debería ser un buen esposo, un buen padre y un buen ciudadano. Los padres son la mayor influencia en nuestras vidas. Los insultamos si no nos convertimos en ninguno de estos.