El dinero, las familias y el envejecimiento son complicados: los tres juntos pueden complicarse bastante. Lo mejor es traer un asesor profesional independiente, como un planificador financiero o un administrador de atención geriátrica. Traiga a esta persona con un contexto neutral: si es “el tipo que mi hijo contrató para que me diga cómo gastar mi dinero”, ya ha fallado antes de comenzar. ¡Y no interrumpas ni discutas! Mantenga una mente abierta y deje que sus padres tomen la iniciativa (con la ayuda de un profesional) para explicar sus objetivos financieros y cómo planean alcanzarlos. Deje que el profesional sea el árbitro, no usted; alguien que pueda decir “si desea ese nivel de vida, dada su vida útil esperada, necesita __ ahorros en los próximos __ años”.
Idealmente, todos ustedes quieren lo mismo, todos quieren que sus padres tengan suficiente dinero para que puedan continuar viviendo felices e independientemente durante mucho tiempo. Si mantiene la conversación enfocada en (genuinamente) apoyarlos en un plan para preservar su independencia financiera, eso es lo mejor que puede hacer. Siempre va a ser complicado …