Ponla en un traje de gato, cúbrela con crema batida, lávala haciendo pis sobre ella, luego déjala secar de esa manera mientras canta “¡Vaya! Lo hice otra vez”, saca el pastel y toma turnos para apagar las velas uno por uno, bañarse juntos, volver a ponerse la ropa sin secarse con toallas, luego ir a buscar cucharas a la cocina, conducir al bosque más cercano, encontrar dos flores blancas y dos azules y competir entre quién las saca y cambian sus lugares más rápido, entonces el que gana llega a contar hasta cien, mientras que el otro se va solo.
Y no te olvides de donar algo de dinero a alguna causa religiosa. Bueno, sí pediste locura.