Uno de mis recuerdos favoritos de la infancia era la hora de dormir en el verano cuando estaba de vacaciones. Casi todo estaba en silencio, excepto por el cambio periódico de páginas de los diversos libros en el lugar justo antes de dormir.
Eso sigue siendo tan reconfortante para mí ahora como lo era entonces, acurrucado debajo de las mantas, cada uno con nuestros propios libros, nada más que el cambio ocasional de posición y el cambio de página. Me encantan esas tardes….