Mis abuelos no se quedan conmigo y tampoco me cuentan cuentos para dormir. Pero sí nos visitan de vez en cuando. Mi abuelo generalmente me cuenta su vida cuando era estudiante y cómo su familia solía ser tan pobre que no podían pagar su educación. Trabajó como asalariado a diario en los sitios de construcción durante casi toda su vida estudiantil para tener el dinero suficiente para pagar sus cuotas escolares y universitarias. También me cuenta cómo comenzó a invertir su dinero después de obtener un trabajo como ingeniero en una gran organización.
Al escucharlo, me di cuenta de que, debido al arduo trabajo de mi abuelo, pudo salir de la pobreza y mejorar su vida y, posteriormente, nuestra vida.