Cuando buscamos la aprobación de la persona que amamos, ¿entonces vivimos nuestra vida o la vivimos?

Considérate un artista de drama. Actúas en el escenario lo mejor que puedas. También espera la aprobación de la audiencia por la que lo hizo.
¿Entonces lo hiciste para ti o para la audiencia? Lo hizo porque sabía que podía hacerlo y cuando llegó la aprobación confirmó su creencia. Supongamos, la aprobación no llegó. ¿Qué vas a hacer? ¿Va a cambiar su método para obtener la aprobación o se mantendrá firme en sus convicciones de cómo ha estado haciendo? Depende de su necesidad de aprobación y del grado de confianza en sí mismo que tiene, ¿no es así?
Así también, eres solo tú mismo y tratas de mejorar para ser mejor. También buscas la aprobación de la persona que amas. Si llega, eres feliz. Si no es así, eres infeliz. Pero, en este último caso, ¿se va a cambiar para desear la aprobación? Esa decisión responderá si vives tu vida o la de ellos.

Es una elección que haces, sabes a quién estás complaciendo.