Como hermana mayor, realmente no espero mucho de mi hermano, excepto que él puede manejar sus propias responsabilidades y sus desafortunadas consecuencias. No es mi trabajo enseñarle a no seguirme en mis pasos por lo que lamento. Es su decisión elegir qué hacer.
Aunque puedo darle algunas palabras de consideración y preocupación en ciertos temas, he aprendido a dejarlo pasar y dejar que él elija.