Por supuesto que sí. Mis amantes anteriores son personas que fueron (y en algunos casos todavía son) partes importantes de mi vida. Mis experiencias con ellos, tanto buenas como malas, me ayudaron a transformarme en la persona que soy hoy. Cuando una relación termina, no voy a la oficina del neurólogo para una lobotomía, ni uso un acelerador de partículas para destruir partes de mi cerebro.
Sería muy escéptico ante cualquiera que afirmara que no pensaron en los amantes del pasado.