A lo largo de mi vida, fui un humano ‘No amigable con los niños’ y todavía lo soy. Nunca quise tener un hijo propio, pero luego me rendí a la presión familiar hace 3 años y medio. El nacimiento de mi hijo trajo muchos cambios positivos en mí y en mi vida. Lo amo hasta la luna y de vuelta. Trato lo mejor que puedo para ser el mejor tipo de padre que puedo ser, pero esa etiqueta de “no amigable para los niños” sigue ahí. Amo a mi hijo, pero no puedo soportar a otros niños especialmente si están gritando, llorando, gritando o lanzando rabietas.
Por lo tanto, es bastante obvio para mí que no lo hago y no juzgaré a una persona si decide permanecer sin hijos a propósito.
Por mi experiencia, he aprendido que los seres humanos se reproducen básicamente por dos razones:
- Como somos animales sociales, tenemos la obligación moral de tener nuestra propia familia, la primera y básica institución de la sociedad.
- Tener a alguien que lleve nuestro nombre, nuestro árbol genealógico y nuestro legado.
Dicho esto, también siento que tener un hijo no tiene nada que ver con su estado civil y su dinero. Criar a un niño necesita mucho más que dinero. Algunas personas pueden darse el lujo de quedarse en casa y cuidar a su hijo, mientras que para algunos no es posible. Pero en ambos casos, cuando decide dar vida a un bebé, él / ella necesita constantemente el suyo.
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- Hora
- Atención
- Afecto
- Apreciación
- Ánimo
- Energía
- Paciencia
- Sacrificios
- Habilidad de multitareas
No todos pueden invertir tanto en esta relación de forma feliz y voluntaria. Estos cambios forzados o no conocidos conducen a una frustración que no es buena ni para el padre ni para el bebé.
Un padre frustrado nunca puede ser un padre feliz.
Si te conoces a ti mismo, si te comprendes lo suficientemente bien y sientes que no quieres ser padre, entonces NO DEBES SER. Es tan simple como eso. En lugar de ser un padre infeliz, sin amor y sin amor, es mejor vivir una vida feliz y contenta sin tener hijos.
Atornilla al mundo si te llaman nombres. Si no está en paz consigo mismo, no tiene sentido seguir poblando nuestro planeta ya superpoblado.
El mundo necesita seres humanos buenos y felices, no necesariamente buenos y felices padres.
🙂