Si alguien tiene padres y abuelos que están enojados de forma natural y tienen un temperamento extremadamente breve, ¿eso afecta la forma en que ellos mismos actúan?

¡Sí! Esas cualidades son altamente “hereditarias”, ya sea genéticamente o por medio de la exposición. Tomar conciencia de esta posibilidad puede convertirse en un PODERO DE controlar y gestionar estas tendencias en su propia vida.

Nos volvemos como aquellos con los que hacemos compañía. Incluso al elegir “nunca ser como mi papá” creamos un “mantra” subconsciente que nos perseguirá por siempre.

Saber el problema es el primer paso. Mirarse a sí mismo e identificar la negatividad cuando surge es el paso dos. La autocorrección y la elección consciente de un curso de acción diferente que sea más positivo también puede convertirse en un hábito subconsciente.

No pienses que cambiarás a los demás. Será suficiente para cuidarse.

Puede sentirse nervioso algunas veces o con frecuencia, sin saber qué será lo próximo. Estoy seguro de que no tengo que seguir sus pasos. Respire hondo, respire lentamente y responda lo más calmadamente que pueda. Pueden ser personas de Tipo A y personas muy impacientes, que se apresuran a la siguiente “emergencia”. Mientras estás expuesto a la ira y al mal genio, creo que tenemos la capacidad de ver la vida que no sea la próxima calamidad. La ira prolongada puede tener un efecto perjudicial en nuestra salud y sistema cardiovascular. Eres perspicaz!