Una sensación de incomodidad.
Sin saber cuánto tiempo tomará para salir de los hábitos que he caído junto con el amor. Me encanta la comodidad de saber que alguien está a mi lado.
Una sensación de vacío.
Das tan poco y recibes mucho a cambio. Estás acostumbrado a la idea. Me encanta la codicia de querer un poco más.
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Una sensación de inquietud.
Te sientes nervioso. Como lo dices. ¿Qué va a decir? Te encanta la idea de tener que evitar ese dolor.
Un sentido de nostalgia.
Todos los buenos recuerdos, todas las miradas y las miradas largas. Las largas conversaciones y la risa sin fin. Te encanta el viaje por el camino de la memoria.
Tú lo haces. Lo sé
También siento una ligereza.
Cuando la decisión se vuelve más firme. La carga de ese picor. Esa picadura. El conocimiento de que algo estaba apagado. Se fue.
Siento el silencio.
Mi conciencia no roe mis años y grita que algo está mal. Se asienta en una retrospección.
Me siento cómodo.
Conmigo mismo. Mi espacio. Mi tiempo.
“A menudo debemos elegir entre lo que es fácil y lo que es correcto?”