Hace 7 años le pregunté cuál era su meta en la vida. Era 2010 y habíamos estado juntos durante 6 años.
Ella dijo: “Mi objetivo es ayudarte a lograr tu objetivo”. Una parte de mí la creía, otra parte de mí realmente no pensaba mucho en eso.
Nos casamos el año siguiente. Desde entonces, habíamos empezado y dirigido un negocio y una familia juntos.
La vida había sido amable, dándonos tanto alegría como dolor. A pesar de todo, nunca se había quejado, esperado o exigido nada. Es una mujer de pocas palabras. Ella no se detiene en el pasado ni fantasea con el futuro. Ella solo hace lo que se necesita hacer, y más. Como madre, esposa y empresaria, parece que necesita y quiere menos cosas que yo.
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Ella realmente había vivido a sus palabras. Ella siempre está buscando formas de ayudarme a lograr mis ambiciones y planes “grandiosos”. Ella siempre ha vivido su vida por los demás.
No podría pedir una mejor pareja. Me esfuerzo por ser un mejor esposo, padre y persona cada día gracias a ella.