Una vez que estuve en el mismo bote, puedo entender muy bien el dolor. El hecho es que nadie quiere enfrentar esto. Todos, en algún momento de su vida, pierden a un ser querido. La pregunta es ¿cómo nos las arreglamos? ¿Cómo sobrevivir? Esto es diferente para todos.
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Gira en torno a una mujer llamada Kisa Gotami, que vivió durante la vida de Buda cuando ya había alcanzado el nirvana y viajaba para impartir sus enseñanzas a los demás.
Kisa Gotami
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Kisa Gotami
El único hijo de Kisa, un hijo muy pequeño, había muerto. No dispuesta a aceptar su muerte, ella lo llevó de un vecino a otro y le rogó que alguien le diera un medicamento para devolverle la vida. Uno de sus vecinos le dijo que fuera a Buda, ubicado cerca, y le preguntara si tenía alguna manera de devolverle la vida a su hijo.
Al llevar el cuerpo de su hijo con ella, Kisa encontró a Buda y le suplicó que ayudara a que su hijo volviera a la vida. Él le ordenó que volviera a su aldea y recolectara semillas de mostaza de las casas de aquellos que nunca han sido tocados por la muerte. A partir de esas semillas de mostaza, prometió que crearía un medicamento para devolver a su hijo a la vida. Aliviada, regresó a su aldea y comenzó a pedir a sus vecinos semillas de mostaza.
Todos sus vecinos estaban dispuestos a darle semillas de mostaza, pero todos le dijeron que sus hogares habían sido afectados por la muerte. Le dijeron: “los vivos son pocos, pero los muertos son muchos”.
A medida que el día se hacía tarde y noche, ella seguía sin ninguna de las semillas de mostaza que le habían ordenado recolectar. Se dio cuenta entonces de la universalidad de la muerte. Según el verso budista de su historia, ella dijo:
“No es solo una verdad para una aldea o pueblo, tampoco es una verdad para una sola familia. Pero para cada mundo resuelto por los dioses [y hombres] Esto es lo que es verdad: la impermanencia ”(Olendzki, 2010).
Con esta nueva comprensión, su pena se calmó. Ella enterró a su hijo en el bosque y luego regresó a Buda. Ella le confesó a Buda que no podía obtener ninguna de las semillas de mostaza que él le había ordenado recolectar porque no podía encontrar ni una sola casa que no hubiera sido tocada por la muerte.
¡SÉ FUERTE!
DIOS TE BENDIGA.