Ya que los perros no pueden entender las palabras que decimos, es importante transmitir nuestras intenciones a través del tono. Una voz aguda de “baby talk” le muestra a nuestros perros que estamos contentos o complacidos con ellos. Nuestra emoción es contagiosa y hace que nuestros perros se sientan seguros y especiales.
Cuando les hablamos en voz baja y calmada, nuestros perros lo encuentran reconfortante y puede ayudar a aliviar el estrés. Y, por supuesto, un tono profundo y severo se usa mejor cuando se reprende a un perro para llamar su atención y detener el comportamiento inapropiado.
Un estudio reciente realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de York encontró que los tonos agudos y el “lenguaje dirigido por el perro” ayudan en la vinculación entre la raza y los perros. Los cachorros en el estudio tenían más probabilidades de responder e interactuar con personas que usan “baby talk” en lugar de “voces adultas”.