Debes ser feliz en el sentido de que no te casaste con ese perdedor que insultó a tus padres. ¡Imagínese en qué clase de marido se convertiría, y qué clase de padre sería para sus hijos!
Sé feliz de que hayas visto a este personaje antes de casarte con él. Y en cuanto a tus padres, discúlpalos por soportar ese insulto y diles que tu futuro esposo será mucho mejor que ese tipo.