Los padres no son las únicas influencias. Además, no enseñamos intencionalmente todo el tiempo. Asentimos con la cabeza a las declaraciones en la vecindad de los niños, lo ven y lo imitan sin haber sido enseñados intencionalmente.
Como los niños que maldicen en casa, cuando los padres nunca lo hacen. La sociedad también influye en el comportamiento.