¿Por qué los padres chantajean emocionalmente a sus hijos?

La mayoría de las veces, los padres chantajean a sus hijos por las siguientes razones:

1) Ellos creen que la paternidad se trata de controlar . Algunas personas fueron criadas por padres abusivos y controladores, y cuando tienen sus propios hijos, toman el “Camino Fácil”. Simplemente hacen lo que aprendieron a hacer en casa: control. Como no saben de otra manera (y ni siquiera se detienen a buscar formas alternativas), en lugar de Motivar e Inspirar a sus hijos, estos padres solo usan su poder sobre su hijo aún vulnerable e indefenso. Chantajean, amenazan, se comportan de forma pasiva-agresiva y utilizan cualquier medio disponible para llenar de miedo a sus hijos. Sus pensamientos son típicamente: “Es así como es. Mis padres también me hicieron esto y adivinen qué? Vivir es duro, así que vive con ello ” .

2) Son Padres Narcisistas (N-Padres). Estos padres encuentran placer en controlar a sus hijos al debilitar los fundamentos de su autoestima y confianza en sí mismos. Hacen esto haciendo que sus hijos se sientan avergonzados, culpables y sin miedo. Cuando chantajean envían dos mensajes: (1) Tengo el poder sobre ti, así que tienes que hacer lo que digo y (2) Eres el único a quien culpar: soy perfecto, siempre estás equivocado.

3) Son personas muy ansiosas. A veces, incluso los padres mentalmente y emocionalmente saludables chantajean a sus hijos. Esto se debe básicamente a un alto nivel de ansiedad entre los padres. Cuando no entendemos a nuestros hijos y ellos no siguen nuestros consejos, nos sentimos frustrados y muy asustados también. Pero el chantaje no es más que una amenaza. Es claramente la violencia y, por lo tanto, inaceptable.

Nuestro trabajo como padres es inspirar y motivar a nuestros hijos a medida que aprenden cómo tomar sus propias decisiones. Como dijo Martin Luther King: “Nada bueno viene de la violencia” .

La “conexión” entre un padre y su hijo (a) es la clave para una relación de crianza saludable. Cuando está conectado con su hijo, se siente mucho menos ansioso porque la comunicación es transparente, respetuosa y constructiva. Esta “conexión” nos permite conocer y alabar a este ser humano único y maravilloso que estamos criando. Además, tu hijo te confiará y te respetará. Por lo tanto, la consecuencia natural que surja será una relación positiva y enriquecedora. Esta es la clave para un niño sano, feliz y seguro de sí mismo.

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