Si la pareja se ama tanto, entonces el dinero no aparecerá en la imagen. Trabajarán juntos e intentarán sacar lo mejor de los demás. Una persona de la pareja se convertirá en el proveedor principal y otra en el receptor. Esta ecuación funciona muy bien a menos que el ego no se filtre en sus mentes.
Si uno de ellos (no importa ni el proveedor ni el receptor) introduce su ego en la relación, seguramente no será un matrimonio feliz. Pueden permanecer en el matrimonio, pero será solo un compromiso debido a la presión social, o por hijos o por razones económicas. Si va más allá de un punto en el que no les importan los motivos mencionados anteriormente, podrían terminar separados.
Esto no está definitivamente basado en el género. Cualquier emoción no tiene prejuicios de género. Simplemente depende de la mentalidad del individuo. Entonces, si tanto la niña como el chico mantienen sus egos a un lado y trabajan para lograr la felicidad mutua, entonces pueden tener un futuro feliz y también ser un buen ejemplo para el resto del mundo.
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