Hay tantas cosas que un marido no debería hacer. Asumiré que sabes que los obvios no son abusivos y no la engañan.
- No la ignore ni la despida. Las mujeres pueden sentirse fácilmente invisibles. Nunca dejes que tu esposa sienta que no la notas.
- No la menosprecies. No me refiero simplemente a hablarle a ella de una manera paternalmente detestable. Si haces comentarios sarcásticos sobre los programas de televisión que ve, los libros y revistas que lee, las causas que apoya, los amigos que conserva, etc., la lastimará. Hace que una mujer sienta que piensas que es tonta, poco inteligente, superficial o aburrida.
- No critiques a su familia y amigos. Puede que no sean perfectos, pero son de ella.
- No seas irresponsable o tacaño con el dinero. No hagas una gran compra sin advertirle, al menos, primero y no evites que ocasionalmente compre algo que realmente quiere y que crees que es innecesario. NUNCA se refieren a los ingresos del hogar como “mi dinero”.
- No asuma que todas las tareas domésticas son solo suyas para abordar. Si ella trabaja o no fuera de la casa, trate de ayudar en la casa, tal vez cocinando, lavando platos o doblando la ropa juntos. La hace sentir valorada y te da una gran oportunidad para hablar.
- No mire fijamente su teléfono inteligente, computadora o televisor mientras su esposa le está hablando. Mira a ella Hacer contacto visual. Extrañará expresiones sutiles si no la mira y ella se sentirá irrespetuosa y devaluada.
- No la ofrezcas como voluntaria sin su permiso. Tal vez no se sienta cómoda al organizar una cena festiva para toda su familia en su casa. Tal vez ella no quiere ser una chaperona en el viaje de segundo grado de su hijo al zoológico. Tal vez ella no quiera cocinar su lasaña para la cena de la fiesta en la oficina. Pregúntale a ella primero.
- No asumas que ella debe tener relaciones sexuales contigo cuando quieras solo porque estás casada. Sé cariñoso con ella, incluso cuando no estés tratando de seducirla y será mucho más probable que quiera tener relaciones sexuales contigo sexualmente. Haz que se sienta atractiva y amada de manera regular en formas no sexuales, como abrazos, besos, abrazos, frotaciones en los hombros, elogios, comportamiento coqueto, etc.
- No te desmayes por otras mujeres. No nos importa si son grandes celebridades con las que no tienes posibilidad de conocerte mucho menos, solo escuchamos: “Ooo, mira lo buena que es ella . Desearía que te vieras así”. Ojalá nos viéramos así también, así que no nos la frotemos.
- No comience las oraciones diciendo: “Siempre …” o “Nunca …” en medio de una discusión. Tales absolutos rara vez son ciertos y solo la pondrán a la defensiva.
- No seas controlador, te interese. Hay una gran diferencia en querer saber qué está haciendo su esposa y decirle qué se le permite hacer. Las sugerencias están bien. Las demandas no lo son.
- No le mientas. Por lo general, sabemos cuando mientes y tus negaciones nos hacen sentir que piensas que somos estúpidos o locos. Ni siquiera mientas cuando te pregunte si crees que un determinado atuendo se ve bien en ella, solo di: “Está bien, pero creo que el otro es tan hermoso para ti”.
- No le digas a ella que lo harás más tarde y luego sigue postergándolo. Las esposas regañan principalmente cuando nuestros esposos postergan.
- No evite hablar sobre temas importantes como carreras, niños, vivienda, seguros, problemas de salud, etc. Retrasar estas conversaciones solo provocará estrés, confusión, caos y resentimiento.
- No te olvides de decirle que la amas y que tienes la suerte de tenerla. Claro, podrías estar con alguien más, pero ella también. No le hagas desear que lo fuera. Haz que se sienta como la persona más importante de tu mundo.