Con mi último embarazo no pude mantener mis comidas e incluso aguar mi estómago. El olor de la cocina siempre me hace vomitar. También vomitaba al azar, pero la náusea constante prevalecía todo el tiempo.
La única forma en que encontré alivio fue a través del No al té de la mañana. Había probado otros medicamentos anteriormente que ni siquiera me tocaban las náuseas. No podía soportar el olor de nada, ¡pero este té era mi salvavidas!