Mi hijo nació a las 27 semanas y estuvo en la UCIN durante 10 semanas.
El viaje de cada bebé a ir a casa es un poco diferente. Mi hijo murió cuando él tenía tres días. Se fue por 10 minutos, debido a una complicación rara pero mortal llamada derrame pericárdico. Afortunadamente, algunas enfermeras increíbles salvaron su vida. Ese episodio lo debilitó enormemente y probablemente contribuyó a que tuviera que quedarse un poco más de tiempo de lo que hubiera tenido que hacerlo.
En lo que respecta a los bebés prematuros, su caso, aparte de la complicación mencionada anteriormente, fue muy sencillo. Estaba tan saludable como lo podría ser un joven de 27 semanas, era solo muy temprano. Muchos bebés prematuros necesitan varias cirugías y procedimientos para abordar las condiciones. Algunos necesitan docenas de cirugías. Mi hijo no necesitaba ninguno, así que fuimos muy afortunados.
Antes de dejar que un bebé prematuro se vaya a casa:
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- No pueden tener apneas o bradicardias que no se resuelven por sí mismas antes de que su saturación de oxígeno se sitúe por debajo de cierto nivel. Creo que está por encima del 85 o el 90%.
- Deben mantener la saturación de oxígeno anterior durante al menos 45 minutos en el aire de la habitación.
- Tienen que mantener la saturación de oxígeno anterior mientras están sentados en un asiento de seguridad.
- Y, por supuesto, tienen que recuperarse lo suficiente de cualquier cirugía.
Así que mi hijo tenía 10 semanas de edad cuando pudo cumplir con todos los criterios anteriores, y aún tenía que estar en un flujo bajo de oxígeno durante un mes después de que lo lleváramos a casa, principalmente porque vivimos en Denver, en una elevación más alta. Había algunos niños allí que tenían 6 meses de edad, y todavía tenían un largo camino por recorrer antes de poder irse a casa.
A pesar de que nuestra experiencia fue mucho mejor que la de muchos, fue el momento más difícil y peor de mi vida. Sigo teniendo reacciones emocionales repentinas a veces, cuando de repente, la imagen de mi bebé sin vida rodeado por un grupo de enfermeras y médicos aterrorizados aparece en mi cabeza.
Incluso sin ese punto bajo, era difícil saber que sin las máquinas a las que estaba conectado, no sobreviviría durante una hora.