La aflicción es muy individual porque tiene varias capas: la capacidad general del afligido para adaptarse a las circunstancias cambiadas sobre las que no tenía control, las conexiones emocionales del afligido con los demás, la naturaleza de la relación entre el afligido y la persona que murió y las costumbres culturales. y prácticas relacionadas con el duelo, por nombrar algunos. Trabajar a través de todas estas capas requiere tiempo, energía y apoyo emocional de los demás.
Si encuentra que su capacidad para disfrutar de la vida y mantener otras relaciones personales no mejora gradualmente, busque ayuda.