Porque, asumiendo que su hijo tenga su propia habitación, no duerma con usted y no se levantará varias veces, es la única vez que un niño no estará en la presencia cercana de sus padres durante varias horas. Meterse en la cama es ayudar al niño a sentirse amado, seguro y protegido. Cuando un niño siente esas cosas, es capaz de desarrollar un vínculo más estable, que es crucial para el funcionamiento y las relaciones de un adulto saludable.
Una de mis horas favoritas del día cuando mis hijos eran pequeños era la hora de ir a la cama, porque leíamos libros, nos abrazábamos y conversábamos. Realmente lo extraño ahora que son adultos.