¿Por qué apreciamos el trabajo de las personas en su ausencia, después de que se jubilen o después de que hayan fallecido? ¿Por qué no podemos hacerlo mientras todavía están allí?

No sabes el valor de algo hasta que lo pierdes. No es solo el caso de otro ser. Es lo mismo con todo lo que no es materialista y lo que te rodea, haciendo que tu vida valga la pena. Tú, tus ojos, tus extremidades, tus órganos, el aire que respiras, el entorno en el que vives. Nosotros, los humanos, tenemos una tendencia a mirar más allá y dar por sentado todo lo que realmente importa.

Estamos acostumbrados a que la gente haga su trabajo. No parece especial cuando están presentes. Una vez que se han ido, te lo pierdes debido a que se rompe una especie de rutina.