Las dos cosas que funcionan de manera consistente (juntas) son la práctica y el compromiso.
La comprensión de lectura no es solo la versión en papel (o pantalla) de entender lo que alguien está hablando. Tiene diferentes ingredientes. El lector debe decodificar las palabras y luego pensarlas todas juntas, incluida la forma en que son modificadas por lo que vino antes. Ese proceso no siempre es fácil de armar lo suficientemente rápido para una fácil lectura. La práctica y el esfuerzo deliberado lo hacen más fácil.
Para que valga la pena el esfuerzo, elige material de lectura que sea realmente genial. Interesante. Atractivo. Digerible. No empieces con James Joyce. Comience con una historia que su niño realmente pueda cavar que está escrito claramente. Su profesor local puede ayudar a recomendar algunos títulos. Cuentos, poemas, novelas, artículos de revistas, noticias … leer todo.
Leer juntos Habla sobre lo que lees. Hacer preguntas. Hable sobre lo que haría su joven lector si él / ella formara parte de la historia. Hablar sobre las palabras, y las connotaciones e implicaciones. Tener una conversación real
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Hacer la lectura en silencio, así como leer en voz alta . Haga que su estudiante lea pasajes cortos en voz alta y luego que le cuenten sobre ellos. Haga preguntas sobre el pasaje y lo que él / ella piensa sobre él. Hable acerca de cualquier palabra que sea nueva o difícil o inteligente.
Adquiera el hábito de hacer preguntas y hablar sobre los pasajes más complicados sin dar respuestas fáciles. En lugar de explicar, pídale a su lector que le cuente lo que ha adivinado en función del contexto.