Nadie está en contra del matrimonio, porque el compañerismo es el elemento más buscado para cada individuo. Compartir un momento alegre o un momento triste es muy importante para cualquier persona. El compañerismo del esposo y la esposa, es una relación probada. El matrimonio es una práctica antigua, no solo desde el principio de la historia, sino también en la mitología.
Pero, ¿la relación matrimonial entre marido y mujer es la misma que antes?
La institución del matrimonio y la familia ha sido descubierta, para salvar, a mujeres de la violencia organizada o no organizada. La parte de la violencia no ha cambiado. Tanto los números como la seriedad parecen haber aumentado. Ahora, la mayoría de los ataques físicos, son seguidos por asesinatos, debido al castigo previsto. El gobierno, los activistas sociales y la sociedad aún no han localizado la causa real, pero estamos pensando solo en el aspecto del castigo, y no desde un ángulo cultural o social. Nadie parece tener ninguna idea acerca de las medidas preventivas, para salvar a una sola niña de este horrible crimen. El gobierno quiere que la sociedad tome los métodos preventivos y la sociedad que culpa al otro lado.
Dejando de lado esta parte del problema, analicemos la tendencia reciente en este tema. Hemos llegado muy lejos, de la dinastía, a la dictadura, luego a la invasión extranjera y ahora a la democracia. Las mujeres han estado bajo persecución severa todos estos períodos, sin ninguna oportunidad de levantar su voz. Pero ahora, habiendo olido los méritos de la democracia, están un poco más abiertos a reclamar su posición legítima.
La democracia ha hecho muchos avances en la construcción de la nación, pero una vida familiar tradicional, todavía está fuera de sus límites. Es aquí donde las mujeres quieren un cambio del pasado, un cambio para mejor. No libertad plena, sino una vida mejor. Muchas de las damas tradicionales de la familia no tienen idea de lo que significa la democracia. Todavía viven bajo la dominación masculina. El marido sigue siendo el jefe de la familia, y todos los demás tienen que seguirlo.
Ahora la nueva voz es de una niña, que quiere una vida familiar normal, pero sin restricciones del marido.
En una democracia, ¿puede ella hacer esta afirmación? Si no, ¿por qué?