El gesto es muy tradicional, que me gusta mucho. Es una formalidad. Una forma de que mis padres sepan que mi pareja se está preparando para pedirme que pase mi vida con él.
Lo que me doy cuenta, por muy tradicional que sea, es, en última instancia, mi decisión. Mi elección. El rechazo de mi familia a mi pareja sería irrelevante ya que soy una mujer sana, inteligente y experimentada. Confío en mi criterio y capacidad para elegir un compañero sano y compatible. Las cosas se complicarían más si mis padres no lo aprobaran, pero espero que mi felicidad sea la prueba que necesitarían para apoyarme.