Apoye a su propio padre de cualquier manera que pueda y sea civilizado con su pareja. Lo último que quieres hacer es poner a tu propio padre en un modo defensivo para justificar constantemente sus acciones y defender sus decisiones. En esos casos, típicamente pierdes.
Si tiene razón acerca de su pareja, tarde o temprano, sus padres se darán cuenta de su error por su cuenta y se sentirán cómodos para volver a pedirle su ayuda. Si te equivocas, permites que tu padre sea feliz.